
Hace once años trabajé como housekeeper en el hotel de un pueblo de casinos llamado Laughlin en Nevada. Vivía en el pueblo de enfrente (Bullhead City) y a una hora más del reloj por el cruce del meridiano. Para llegar hasta ahí tomaba una lancha que cruzaba el río Colorado y que me dejaba en el Hotel Riverside, después caminaba por toda la orilla atravesando los casinos hasta llegar al Edgewater. Solo era necesario mostrar la llave del hostal en donde se dormía, que era propiedad de Don Laughlin (casi el dueño del pueblo), y la cruzada era gratis. El lugar estaba lleno en su mayoría de gente mayor y había trabajo para por lo menos dieciocho horas al día.
Una tarde casi al acabar el turno un amigo (fer) con quien compartía casa, viaje y cansancio, subió hasta mi pasillo del Edgewater y me dijo que en una de las habitaciones asignadas a su turno un hombre se había disparado. Once años después encontré la mejor continuación de esta historia en un relato de Stephen Dixon. “Eugene Randall se apuntó con el arma en la boca y disparó”, así empieza el cuento llamado “Historias del 14” que forma parte de Calle y otros relatos. Sigue leyendo la reseña en la revista Continuidad De Los Libros.

© Isabel-Cristina Arenas, Barcelona 18 marzo de 2015
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