
Algunos a mi alrededor tienen una doble vida, por ejemplo: Branko Fuenzalida, un programador/músico, Alejo Correa, un comunicador/cineasta, y Juan Antonio Tamez, un arquitecto/escritor. Yo he ido por el mismo camino y en mi trabajo hago que «hablen los números» o por lo menos lo intento. Después voy y peleo con un texto hasta que me deja lo más contenta posible, por lo menos por un tiempo. Así se nivelan las cargas y digamos que no me desgasto tanto, o me desgasto en forma paralela. Igual ninguno de nosotros pierde la esperanza de vivir solo del segundo trabajo, madrugar menos o trasnochar sin remordimiento.
Para la reseña sobre Todos somos autores y público (2014) elegí como hilo conductor a Alejo Correa y el proceso de realización de La Soprano, su documental sobre Pilar Rodríguez, una cantante de ópera en el barrio el Gotic de Barcelona. En el siguiente link se puede leer “El arte de la conversación crítica” el título del texto en la revista Continuidad De Los Libros.

© Isabel-Cristina Arenas, Barcelona 26 de marzo de 2015
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