
Para este texto sobre Los restos del día estuve recolectando ejemplos de dignidad e indignidad que leía en los periódicos, que recordaba o que alguien me había comentado. Me costó mucho dejar afuera algunos, especialmente este: “En un estudio de la policía japonesa en 2010 se informó que uno de cada cuatro detenidos por robar era mayor de 65 años; muchos ancianos preferían estar en la cárcel en donde encuentran amigos, trabajo y comida.”
Hay un grupo de señores ya mayores que son mendigos en mi barrio. No roban, piden y la gente les da comida o monedas; ya se sabe en qué calle está cada uno. Son tres o a veces cuatro, y juntos forman un combo de amigos que he visto sentados en una banca de la Rambla del Prat o de la Plaza Trilla. Se ríen y comparten un rato antes o después de ir a sus lugares. Van siempre con sus bolsas de trasteo permanente y los letreros escritos en recortes de cajas de cartón. Se ven felices cuando están juntos. Tristemente ahí en la calle, pareciera que tuvieran también trabajo y comida.
El Cisne llamado La fuerza de gravedad vs. la centrípeta fue publicado el pasado 25 de febrero en El Espectador, comienza así: Pau Casals, violonchelista y compositor catalán, rechazó tocar en Rusia y en Alemania porque no estaba de acuerdo con sus gobiernos. Tampoco dio conciertos en países que reconocieron a Franco. El 1º de diciembre de 1955, la activista de derechos civiles Rosa Parks no quiso ceder su asiento a un hombre blanco; se negó a moverse a la parte de atrás del bus, en donde le correspondía sentarse según la ley… seguir leyendo en El Espectador
© Isabel-Cristina Arenas, Barcelona 06 de marzo de 2016
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