
Nadie sabe cuántas realidades hay porque solo se vive la propia. Inventarse una, temporal o para siempre, puede ser una estrategia para soportar la vida.
La nieta del señor Linh (Salamandra, 2006) es un libro que se lee fácil, pero no por eso lo es. La novela fluye, las escenas se ven. No es necesario describir la ciudad o las guerras a las que se refiere el autor, ni a la nieta que es la clave de la narración. Son imágenes cronológicas con algunos saltos hacia atrás que tienen el secreto de su aparente facilidad de lectura. El escritor, Philippe Claudel (Francia 1962), también es guionista de cine y televisión; por tanto la facilidad con que logra transmitir las historias se evidencia a través del señor Linh, Sang Diu, y Bark, protagonistas de la novela… sigue leyendo en El Espectador.
© Isabel-Cristina Arenas, Barcelona 17 de marzo de 2014
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