
Este libro de literatura infantil cuenta en verso la historia de un niño que viaja por el mundo mientras aprende que su camino lo va haciendo él mismo. Escrito por Dr. Seuss y totalmente recomendado para enseñar a un hijo, sobrino o vecinito sin amigos y sin hermanos, a leer.
Alicia me regaló de cumpleaños ¡Oh Cuán lejos llegarás!, no le puso dedicatoria pero me la dijo: “Un señor amarillo para Cris”. Tan pronto lo saqué del papel regalo, lo olí y lo leímos juntas en voz alta. Cuando llegué a mi casa y le hice el protocolo que necesita un libro nuevo para entrar en mi biblioteca, lo volví a leer en voz alta, así debe ser leído, y lo puse junto a los otros dos de literatura infantil que tengo por si un día debo enseñarle a leer a alguien.
Días antes del regalo habíamos estado hablando de un artículo: Salir con chicas que no leen/ Salir con chicas que leen, de la revista malpensante, “Somos de las que leen” concluimos tan pronto lo terminamos. Por eso la vida parece ser un poco más difícil, pero eso sí, mucho más placentera porque así la tomamos, a veces con un poco imprudencia y sin filtro pero conscientes.
Este es la parte que más me gusta de ¡Oh Cuán lejos llegarás!:
Mirarás calle arriba y calle abajo.
Mirarás con cuidado.
Algunos te dirán «En esa dirección no escojas avanzar»
Pero con tu cabeza llena de cerebro
y tus zapatos llenos de pies,
tú eres demasiado listo para bajar
por ninguna calle no debas transitar.
¿Te atreves a quedarte?
¿Te atreves a entrar?
¿Cuándo puedes perder?
¿Cuánto puedes ganar?
Dr. Seuss, fue un escritor y caricaturista norteamericano conocido por el Grinch que se roba la navidad y El gato en el sombrero, entre muchas otras historias infantiles; tan famoso que Google le hizo un homenaje con uno de sus Doodles.
Alicia y yo somos de las chicas que leen porque cuando éramos niñas tuvimos libros como este, que hacen que uno se detenga y vaya con su imaginación mucho más allá de lo que dice y así empiece a leer por su cuenta y de pronto a escribir sus propias historias, por ejemplo:
“No me quiere, me quiere, me extraña, me ama, me desea”, “No me quiere, me quiere, me ama, me extraña, me desea”… una flor amarilla, un lirio, con solo cuatro pétalos. Alicia y el soldado en el país de las maravillas han tenido suerte.
© Isabel-Cristina Arenas, Bogotá 14 de julio de 2011
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