
A veces cuando algo está en frente todo los días termina por ser transparente.
A la salida de mi apartamento hay un hospital construido en 1930, nombrado Patrimonio Mundial por la UNESCO en 1997, se llama Sant Pau. No he ido a visitarlo, es una tarea pendiente. Cada quince minutos suena el reloj de la torre principal, suena y me recuerda que debo ir, entrar. Por eso salgo a mi balcón y pienso que el Sant Pau está lleno de historias, tal vez un poco enredadas como me imagino sus sótanos, imperdibles. Iguales a City (1999) de Alessandro Baricco.
En City, Gould, un niño genio de once años y por eso mismo con pocos rastros de niño, tiene a su alrededor a Shatzy, Diesel, Poomerang, Taltomar, la puta de Closingtown, Bear, Bird, Larry Lawyer … piensa que su vida es un juego de billar, piensa que se va a ganar un Nobel, piensa en fútbol, en boxeo, en tacones de mujer que se parten y quedan abandonados, en Nymphéas, en el oeste y en la locura. Gould es consciente de la grandeza de sus pensamientos y por eso a veces se los calla y solo los piensa para que no se deformen.
City son historias para reírse, llorar, pensar. Para reírse: en el capítulo catorce hay un diálogo de dos personas comprando una hamburguesa, es tan absurda y tan Mc Donald´s la situación que sentí el olor a hamburguesa de la que me harté hace muchos años; conmoverse: con el silencio obligado de Poomerang y la soledad de Shatzy; pensar: hay una que me gustó mucho: según Mondrian Kilroy, uno de los profesores de Gould, el impresionista Monet tenía la intención de pintar la nada y para lograrlo puso en su vida diaria a las Nymphéas, para no verlas y por lo tanto estaría en frente de la nada. Es posible dar una vuelta virtual y conocerlas aquí.
Siempre pienso que soy turista para no acostumbrarme a ver lo que veo. Cuando algo está en frente todo los días termina por ser transparente y convertirse en la nada de la que habla el profesor Kilroy en este libro.

De Alessandro Baricco he leído Seda, Noveccento, Tierras de Cristal, Esta Historia, Emaús y City, en todos encuentro un hilo que toca alguna de sus otras obras. En City alguien quiere construir un tren, quizás sea el mismo de Tierras de Cristal, quizás no. Igual que Gould, quizás sí, quizás no, es un libro lleno de preguntas. City requiere cierto esfuerzo del lector, pero no hay duda, a Baricco siempre vale la pena leerlo e interpretarlo libremente.
Este libro de alguna forma me recuerda a Stranger than fiction. Baricco juega con la grafía para trasmitir imágenes, en la película hay elementos que trasmiten sensaciones y los personajes no tienen control sobre su propia vida pero se niegan a creerlo.
El reloj del Sant Pau tiene dos tonos, el primero marca cada cuarto de hora, es un toque tímido y grave. Cuando se cumple la hora los TAN son más fuertes. A las doce, son cuatro toques suaves – TAN y doce fuertes – TAN. Señales claras para no volver al Hospital Sant Pau parte del paisaje, de la vida diaria y por lo tanto nada.
© Isabel-Cristina Arenas, Barcelona 8 de marzo de 2012
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