
“Muchos escritores responden que en realidad hubieran querido ser cantantes de rock”, comentó en clase un gran profesor que tengo llamado Marcos Ordoñez. Mientras tanto espero aprender sobre ritmo en los conciertos, en las lecturas en voz alta y ojalá que algo haya quedado de las competencias de poemas aprendidos de memoria que hicimos con Fabián Florez.
El post de Chesil Beach, una ciudad-libro, se puede leer en el siguiente link en El Espectador.
Y abajo una canción para finalizar el día, comenzar una mañana, o despertar con el café de la tarde.
Pd: Profesor Ordoñez, por favor, no olvide grabar el capítulo de Un jardín abandonado por los pájaros.
© Isabel-Cristina Arenas, Barcelona 8 de noviembre de 2012
Comentar este post: